#1# ¿Qué es un Notario?

  Antes de empezar por lo que a un ciudadano cualquiera puede aportar la labor de un notario, es fundamental intentar que dicho ciudadano sepa qué es realmente un notario.

    Existe una extendida imagen popular en la que el notario se limita a cobrar por firmar. No creo que nadie haya llegado a escuchar que los médicos se limitan a cobrar por expedir recetas, aunque ambas afirmaciones sean igual de falsas.

    Supongo que la cuestión radica en que la gente acude bastante más al médico que al notario. Probablemente también en que –por suerte- pocos o ningún médico delegan la total atención de sus pacientes en sus enfermeros y asistentes; mientras que –por desgracia- son unos cuantos los notarios que delegan en sus oficiales y auxiliares la práctica totalidad de la atención de sus clientes.

    Aunque quizás sea éste el tópico que más urge desmentir, no es el único: no todos los notarios son serios y distantes, no todos son hombres, ni todos mayores. Como en cualquier profesión, hay una persona detrás del profesional, y hay tantos caracteres y características como personas.

    Más allá de estas cuestiones externas, la labor del notario –por sí directamente, o a través de los profesionales que integran su Notaría- es la de asesorar, redactar y explicar las operaciones jurídicas que se le encomiendan, con la obligación legal de procurar el equilibrio entre las partes, la objetividad de la información, la protección del consumidor y la plena legalidad de las actuaciones.

    A fin de cuentas, el notario es un funcionario, y su finalidad es poner a disposición de cualquier ciudadano el acceso a los servicios jurídicos de un profesional de primer nivel.

    Desde el punto de vista operativo, no obstante, el notario es un autónomo, que debe seleccionar y pagar de su bolsillo sus oficinas, medios y personal para el desarrollo de su función; pero cuyos precios están marcados por un arancel aprobado por ley y publicado en el Boletín Oficial del Estado.

    Si bien hay margen para ciertos aspectos de la facturación, el elemento diferencial entre Notarías no radica en el precio –quien dice vender más barato que nadie el mismo producto, probablemente es que no está vendiendo el mismo producto-, sino que está en la calidad del servicio: en esas oficinas, medios y personal que el notario selecciona, y en la forma en que éste desempeñe su función.

    Pero, ¿cuáles son esas operaciones jurídicas en las que al ciudadano le conviene acudir a una Notaría? Y, más importante aún, ¿por qué? Esas son las cuestiones que intentaré desgranar y acercar en las siguientes entradas de este blog.

El índice IESE de incertidumbre económica I3E disminuyó un punto en el mes de febrero con respecto al mes anterior, hasta situarse en 33 en una escala de 0 a 200, con lo que sigue «muy estable» y en un nivel similar al del mes pasado.

El análisis de la escuela de dirección de empresas de la Universidad de Navarra refleja que todos los componentes que conforman el índice disminuyeron en el mes de febrero, salvo la referente a la deuda española que experimentó una subida.

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